jueves, 30 de agosto de 2007



ARCHITECTURA SINE LUCE NULLA ARCHITECTURA EST
La Idea Construida: ALberto Campo Baeza
He tenido la suerte de coincidir con el 4 veces y que hable de su obra, tambien de entrar por primera vez a la Caja con el(en la visita con Proyectos 2 y la grabacion del capitulo de la serie de Arquitectura "El elogio de la luz") y sentir, eso que el tanto habla en el libro.
En esta asignatura cuyo mismo nombre es "Arquitectura de Precision", lo primero que hay que plantearse, es que es la precision, si significa lo mismo en la Arquitectura, que en otras artes, si es lo mismo para un arquitecto que otro.
Convendría, antes de nada, aclarar algunos conceptos. El término precisión, en su acepción tradicional, es un vocablo proveniente de la jerga científica. En fisica, el concepto de precision se usa como sinonimo del registro de invariancia entre medidas sucesivas de un mismo dato. Dicho de otra forma, hablar de precision es evocar el imperio de la experiencia, lo tangible, la realidad "matérica" (curioso vocablo) de las cosas, la Rex extensa de Descartes. En mi opinión, un uso legítimo del término precisión pasa por activar la memoria del Tiempo ("maestro de toda sabiduría" decía Ortega citando a Esquilo), recordarnos la maestria, el dominio en ese largo proceso de prueba y error, que es la experiencia que los años vierten sobre toda ocupación humana. La precisión es realismo, REALIDAD.
Leyendo a Campo Baeza, parece destacar la idea de que la funcion del arquitecto es, en sus propias palabras, construir paraisos en la Tierra. Una lectura descuidada y divagante de sus textos sugiere todo tipo de imágenes del pasado: vemos desfilar ante nuestros ojos la arquitectura de los Panteones, las catedrales, de los Mausoleos; arquitectura solemne, hieratica, poderosa, SUBLIME. Arquitectura cuya grandiosidad es resabio de su indiferencia a las desventuras humanas.
Pero si hemos aprendido algo de los Maestros del Moderno, es que la buena arquitectura no puede permanecer indiferente a su dimension social. Construir casas no es hacer templos, mutando el marmol en ladrillo y el estuco en azulejos. Ninguna utopia puede dar cuenta de los problemas individuales del hombre. La buena arquitectura, la buena vida, significa transigir con la imperfección, el secreto, la decadencia, la intimidad. En este sentido la arquitectura no es redencion, sino conciliacion , acuerdo, re-ajuste. Una ciudad de Dios en la Tierra, paraíso laico y mundano, no es posible. Ninguna utopía auténtica es construible. En éste sentido, sólo cabe entender la arquitectura (la buena arquitectura decimos)como proyeccion armónica de las miserias humanas.
Y es ésta idea la que nos permite conciliar el concepto de precisión con el cáncer de la mezquindad y la decadencia que es la dimensión real, que no auténtica, de nuestra arquitectura. Al fin y al cabo, todo arte es fruto de su lugar y su tiempo, y toda ciudad expresión cristalizada de la conducta (de la forma de conducirse por la vida) de sus habitantes.
Asi que solo podemos conquistar la precisión con el conocimiento del devenir de los ciudanos en nuestras ciudades, desde la amplitud de los grandes espacios urbanos hasta la intimidad de cada dormitorio.
Ahora bien ¿Es ésto necesario? ¿Es esto util?
Nadie puede culpar a Alberto Campo, alma sensible, de intentar abstraerse de ésta realidad y construir bancos que son catedrales, casas que son mausóleos, elogio de la sombra y del silencio, perfecta escenografía alérgica al movimiento, a la actividad, a la vida.
Escuchando a varios de los conferenciantes de este curso quizá podamos intuir una válvula de escape, un pequeño hueco, por donde puede escaparse la solució a este problema. Oyendo, por ejemplo, como abordaba Rafael Reinoso la arquitectura, con suavidad, con sutileza, liberando con voz queda palabras llenas de significados. O cómo aquel arquitecto, con una documentación amplísima y rigurosa, completísima, de la obra de Félix Candela, fue capar de definir su trayectoria con unas pocas palabras.

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