martes, 19 de junio de 2007

La estetica

Múltiples son los debates que se han emprendido a lo largo de la historia, con el fin de aclarar el papel de la estética en la arquitectura. Aunque es absurda la idea de convencer a toda la humanidad, y lograr la unificación con respecto a un tema tan complicado como este. Hegel,en su libro “Estética”, propone al arte o bien la característica estética de las cosas, como una representación metafísica de la realidad.
Intentar comprender hasta donde se delimita de manera concisa la expansion de la estetica dentro del proceso arquitectonico.La posibilidad de manipular la “belleza” mediante órdenes casi científicos, conlleva la inherente eventualidad de manejar la apreciación estética del observador, como un instrumento del vaivén comercial, de las modas arquitectónicas y de la popularidad cultural. El arte de las masas son aquellas producciones mal llamadas artísticas, que se basan en el objetivo de provocar un efecto bonito en el espectador, o traducido al lenguaje académico, una atracción inteligible hacia el propósito del productor (ni artista, ni arquitecto. Empresario), un propósito que nada tiene que ver con el enriquecimiento de la vida según Hegel.
La forma, independiente de la obra es, pues, un reflejo de esenciales conexiones y formas de manifestación de la realidad misma. La cantidad de elementos que constituyen una realidad, dificultan la captación de aquellos que la componen de una manera fundamental, y es aquí en donde la obra estética, viene a funcionar como portadora del conocimiento colectivo, del verdadero accionar genial que persigue la arquitectura.
Estética que en resumidas cuentas busca simplemente provocar un efecto temporal, que no invita a la reflexión, ni tampoco reintegra al hombre como parte de la realidad real.
Pienso que la estética artificial describe los recursos que existen para hacer de la construcción estética un proceso exitoso, sin embargo el uso que se dé a esos recursos determinará si en realidad se es un artista o un comerciante.
Le Corbusier, Mies Van der Rohe, Louis Kahn, Niemeyer no hubieran podido acceder a la realización de sus obras sin la tecnologías de las megaestructuras, las grandes luces en hormigón.El desarrollo de la tecnología es trascendental en la formulación de las nuevas formas, aunque su utilización indiscriminada puede llevar a la pérdida del sentido común, de los criterios instintivos y de los valores estéticos y funcionales.Vemos entonces que la construcción estética “actúa” como un arma de dos filos, por un lado sirve para alterar la realidad y causar simples emociones superficiales en espectadores expectantes de que se les diga que hacer; y por otra parte, es el más importante instrumento del productor, por cuanto le permite comunicarse con el mundo que le rodea y consigo mismo.El simple hecho de que existan personas con el saber necesario para llevar a cabo una adecuada construcción arquitectónica, no garantiza la realización de la misma cuando no se acercan ni por asomo a la realidad constructiva de la arquitectura, y de la estética en general.

Toda obra estética debe contener un mensaje, una expresión superior a la búsqueda vana de sensaciones y efectos momentáneos, y no me refiero a cualquier comunicado caprichoso, después de todo, la estética empleada en la publicidad y en la propaganda, también tiene un claro mensaje y propósito. La estética debe ser un reflejo de la realidad, una exclamación enérgica de aquello que es fundamental en nuestro mundo, y que, debería al menos, determinar nuestra realidad física y social.

Ejemplo de integridad en la estética de la arquitectura es Luís Barragán, sus edificaciones poseen toda la energía que les resulta posible tener en base a su lenguaje, misma que se manifiesta en la presencia de aquellos muros, captando en su poética modernidad los acertados usos del más atrevido manejo cromático; pero nunca la incapacidad mediocre y débil de la resolución tenue con la que son adornadas ciertas edificaciones. Color plásticamente integral, constructivo, no color irrelevante ni gratuito; elemento activo en una obra plena de interrelaciones plásticas que permiten obtener de dicha obra lecturas cada vez más profundas e impresionantes. Barragán posee un trabajo en el que por medio del ejercicio de la abstracción, capta la sustancia del espacio y supera lo que tiene una simple condición de accidente.


¿Puede el arquitecto ocupar un espacio mas general y efectivo dentro del entorno de su objeto?, ¿ Puede reivindicar para él mismo y para la sociedad su condición de especialista en el diseño del hábitat social y comunitario tal como le ha sucedido al médico en relación a la salud social?

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