miércoles, 20 de junio de 2007

Me gustaría reseñar el libro “estética de la desaparición” de Paul Virilio, que plantea algunos conceptos que me parecen interesantes sobre la capacidad de asimilación sobre nuestro entorno en general, y sobre las obras de arquitectura en particular.

¿Hay una realidad única? ¿Y en el caso de que así fuera, cual es?
Existen tantas realidades como observadores, cada una de ellas tan distinta como sea el modo de mirarla.

¿La verdad está en lo que se ve a primera vista, en las realidades evidentes?
Las cosas que no aparecen en las miradas cotidianas, no por ello dejan de existir, surgen procesos naturales en las mentes que distorsionan los aspectos del día a día para transportarnos a nuestra propia realidad, donde los tiempos se adaptan y las cosas esenciales salen a flote.

Las drogas, los sueños con conciencia de ellos, los orgasmos, etc., surgen como mecanismos de defensa, de inmersión y profundización en las verdades individuales.
Estas evasiones crean tiempos únicos en cada individuo. Son esos aromas que después de olerse permanecen en la memoria, destapando todas esas propiedades escondidas hasta volver a la realidad ordinaria, y como en cada persona que lo presencia despierta unos aspectos y durante unos tiempos distintos de los que esta a su lado.

1 comentario:

arquitectos en proceso de aprendizaje dijo...

TE ACONSEJO QUE LEAS A ARISTOTELES. TE AYUDARÁ A ACLARAR LAS IDEAS. DE LOS CLASICOS SE APRENDE MUCHO.
ELISA