Me ha parecido muy interesante la reflexión que hace Lasso, a lo largo de toda su trayectoria profesional, la crisis que tiene con el Movimiento Moderno frente a la tradición.
He intentado hacer una comparativa con Michael Graves, uno de los “five architecs”, con esta tan clara diferencia en sus obras. Cómo sus obras más recientes, que junto con Richard Meier, entre otra tiene grandes influencias de la racionalidad del Movimiento Moderno, sobre todo del maestro Le Corbusier, hasta cómo llega a hacer edificios historicistas y hasta eclécticos, donde la retórica, la fuerza de la historia, elementos como dinteles y materiales son usados de una forma exagerada llegando a la ridiculización de los mismos. Pasando claro está por una etapa intermedia.
He intentado hacer una comparativa con Michael Graves, uno de los “five architecs”, con esta tan clara diferencia en sus obras. Cómo sus obras más recientes, que junto con Richard Meier, entre otra tiene grandes influencias de la racionalidad del Movimiento Moderno, sobre todo del maestro Le Corbusier, hasta cómo llega a hacer edificios historicistas y hasta eclécticos, donde la retórica, la fuerza de la historia, elementos como dinteles y materiales son usados de una forma exagerada llegando a la ridiculización de los mismos. Pasando claro está por una etapa intermedia.
Me ha hecho reflexionar porque como Michael Graves lleva esta evolución al extremo, otros grandes arquitectos; aunque no sea tan exagerado el contraste entre primeras obras con las últimas, la mayor parte de ellos tienen una etapa “moderna”, un momento de crisis en el que necesitan otros modelos, donde ya la tradición, la arquitectura tradicional y vernácula empieza a tenerse más presente y por último un compendio de las propiedades que más les interesa en cada proyecto. (Aunque algunas veces sea totalmente desvirtuada la tradición, como es el caso del Ayuntamiento de Portland). Julio Cano Lasso, en sus obras más recientes no hace lo mismo que Michael Graves, donde la apariencia formal del edificio es totalmente contemporánea.
Creo que si grandes arquitectos han tenido, sobre todo estas dos etapas principales, nosotros cuando dentro de unos años nos dediquemos a nuestra profesión también las tendremos.
Sin embargo creo que, deberíamos de analizar que si todos han tenido el “fallo” (que no creo que las primeras obras sean errores) de hacer grandes alardes tecnológicos, o intentar en nuestras primeras actuaciones grandes contrastes, llevar la “modernidad” al extremo para luego volver atrás y tener en cuenta la tradicón; nos vendría bien, quizás un poco de humildad y tener en cuenta las reflexiones de los arquitectos más relevantes. Consiguiendo una mayor riqueza en nuestras obras.
Minerva García García
junio 2007
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